Se trata, claramente, de un emocionante puente entre la moto "hommage" que ya hemos mencionado y la moto que se producirá en serie. La Concept R 18 tiene presencia, actitud y talento a partes iguales. El centro de atención indiscutible es el enorme motor bóxer, físicamente mucho más grande que la versión de 500 cc utilizada en la moto homenaje y diseñado para dejar huella. Las ruedas con personalidad (21" la delantantera y 19" la trasera) se han elegido para equilibrar las proporciones más que considerables y la presencia general de esta moto que emana presencia y actitud. La parte trasera y la cola modificadas contribuyen a proporcionar una sensación de estar hecha de forma artesanal. 

Alargada y baja, austera y sutil, la Concept R 18 es una belleza, con las cubiertas de aluminio de los cilindros, un tratamiento de color sutil en el motor, el tanque y la horquilla con forma de lágrima y zonas con rayas finas y un efecto amarillo dorado al fondo con un tratamiento de pintura a capas. Solo se han utilizado tres tratamientos para superficies de metal, barnizado, pintado o pulido, para dar una sensación de limpieza y de atmósfera auténtica alrededor de la moto, mientras que los neumáticos RILLE de la marca Metzeler cuentan con unos patrones personalizados y un tratamiento especial para el color en las bandas laterales. Cualquier persona que esté familiarizada con las motos BMW de los años 50 reconocerá el asiento de estilo Pagusa con el logo grabado y una zona martillada sobre el cuero.

Eje de transmisión externo, suspensión trasera voladiza, carburador twin-Solex de un coche BMW de 2002, un faro delantero LED inspirado en los Bosch de los años 50 y montado entre los brazos de la horquilla, cambio de marchas invisible, la lista continua y un análisis a la Concept R 18 (tal y como afirma orgullosa la placa del motor) desvela muchas sorpresas. Desde luego, se trata de la continuación de una historia que empezó con la R 5 Hommage pero, lo más emocionante, es hacia dónde nos lleva esta historia ahora. Y no nos lleva por la carretera de la alta tecnología, sino que nos lleva hacia una dirección más personal, auténtica y, nos atrevemos a decir, que más emotiva. ¿Ha llegado el momento de reducir la velocidad y disfrutar de las vistas?